Un día llegaron unos hombres
extraños y fundaron, al pie de una montaña de hierro, una villa; la nombraron
Durango dizque por el parecido con la región de Guadiana, España. Desde aquella
villa y desde otras poblaciones conquistadas trataron de imponer –a los
antiguos habitantes de los dilatados horizontes, y de las profundas quebradas
coronadas de encinos, madroños y pinos– por la violencia y la persuasión, una
nueva realidad.
Esa nueva realidad se convirtió
en la ciudad de Durango que ahora tiene cerca de mil construcciones
monumentales de valor histórico o artístico. Su Centro Histórico es uno de los
más ricos de México. Admira su arquitectura de primer nivel. Tiene una de las
más bellas catedrales americanas, varias iglesias barrocas y magníficos
edificios civiles, además de espectaculares sets cinematográficos y una
excelente colección de esculturas dispersas en distintos inmuebles, plazas y
hasta cementerios. Su altitud llega a 1900 metros sobre el nivel del mar, lo
que le da un aire nítido y un clima benigno en el verano.
Lisa Sarait Blanco Ruelas
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