Discada
La denominación de discada procede del recipiente en
que se prepara, es decir, por el tipo de utensilio que se usa para su
cocción, que es un disco de acero de las rastras del tractor que se utilizan
para arar la tierra. No se sabe exactamente en dónde, ni cuándo, ni a quién, se
le ocurrió reutilizar los discos desgastados
para cocinar sobre ellos la discada (aunque sí hay muchas versiones),
pero se tiene la certeza de que sucedió en alguno de los estados del norte del
país: Chihuahua, Durango, Sonora o Nuevo León.
Al igual que la carne asada, la discada se ha convertido en un
platillo tradicional, sobre todo del campo, en donde se combinan diversas
carnes (res, pollo, cerdo), embutidos (salchichas, chorizo, jamón) y vegetales,
como cebollas, tomates, chile poblano o pimientos verdes o chile pasilla, entre
otros, sazonados con comino, pimienta, sal y cerveza. Sin embargo, cada región
posee su propia receta. Se le puede acompañar con una picosa
salsa verde, con chiles “gϋeritos o con guacamole